Cada vez somos más dependientes de los
teléfonos inteligentes y se utilizan durante casi todo el día. Los fabricantes
están produciendo pantallas con más brillo y tamaño para compensar la
luminosidad ambiental del fondo y permitir así una lectura más fácil. Sin
embargo la masiva utilización de estos dispositivos electrónicos con pantalla, smartphones o tabletas, está
favoreciendo la aparición de nuevos síntomas neurológicos, no descritos antes
del uso masivo de estas tecnologías.
Recientemente se ha descrito la ceguera transitoria inducida por los teléfonos
inteligentes (en inglés, Transient
Smartphone Blindness) en 3 mujeres que experimentaron episodios recurrentes
de alteración de la visión monocular inmediatamente después de manipular su
teléfono inteligente o smartphone. A
pesar de su aparatosidad que puede hacer pensar en patología neurológica, se
trata de un fenómeno fisiológico, relacionado con la sensibilidad diferencial a
la luz de la retina.
Aunque la mayoría de la gente ve las
pantallas de estos dispositivos, tabletas o teléfonos, con los dos ojos (binocularmente),
muchas personas usan los teléfonos inteligentes mientras están acostadas,
cuando un ojo puede quedar cubierto inadvertidamente.
Los factores que facilitan la aparición
de TSB incluyen un bajo nivel de luz ambiental y posiciones corporales que resultan
en el uso de la visión monocular para ver un dispositivo electrónico. Cuando una
persona se encuentra tendida sobre un lado, el ojo más bajo puede quedar
funcionalmente oculto (por ejemplo, por la almohada) y su retina mantiene la
adaptación al nivel de luz ambiente o puede adaptarse relativamente a la
oscuridad. Mientras tanto, el ojo contralateral (superior) se adapta a la luz
mientras que se utiliza para ver el dispositivo, que ilumina la retina en mayor
grado que la luz ambiente (esto diferencia el escenario de la lectura del
libro). Cuando la persona deja de usar el dispositivo y se produce la
transición a la visión binocular, con ambas retinas expuestas a luz ambiental
tenue, se puede percibir una visión normal con el ojo adaptado a la oscuridad
pero una ceguera temporal en el ojo adaptado a la luz.
Estos casos reportados en la
literatura médica confirman que la TSB es un fenómeno fisiológico clínicamente
relevante. Puede confundirse con procesos patológicos como esclerosis múltiple,
accidentes vasculares o epilepsia. Sólo una historia detallada puede establecer
el diagnóstico de TSB mediante el reconocimiento de que los síntomas visuales
recurrentes ocurren exclusivamente con el uso de un dispositivo electrónico en
un entorno físico predisponente. De esta manera se puede evitar así la
realización de pruebas innecesarias o incluso la toma de tratamiento.
Para
saber más:
1.-
Alim-Marvasti A, et al. Transient smartphone “blindness”. N Engl J Med 2016;
374:2502–2504.
2.-
Sathiamoorthi S, Wingerchuk DM. Transient smartphone blindness: Relevance to
misdiagnosis in neurologic practice. Neurology.
2017;:10.1212/WNL.0000000000003639.