domingo, 26 de abril de 2015


¿Puede la hiperventilación mientras hago deporte causar crisis epilépticas?

 Una parte rutinaria de un EEG es realizar un periodo de hiperventilación forzada. Se trata de un procedimiento de activación utilizado para poner de manifiesto actividad que sea marcadora del riesgo de epilepsia (actividad epileptiforme). En los casos típicos de ausencia es el procedimiento más efectivo para diagnosticar este tipo de crisis, pero también es útil para poner de manifiesto actividad epileptiforme e incluso desencadenar crisis en epilepsias focales.

Si esto es así, ¿podría la hiperventilación realizada en el contexto del ejercicio físico ser un desencadenante de crisis de ausencia o de otro tipo?

Al abordar esta cuestión debemos considerar que ambos tipos de hiperventilación acontecen en condiciones fisiológicas muy distintas. Durante el ejercicio, la hiperventilación surge como una respuesta fisiológica a una mayor demanda metabólica, una respuesta compensatoria para aumentar la oxigenación y evitar que se acumule CO2 (hipercapnia) en el organismo. Diversos estudios de ciencias básicas han demostrado que cuando la hiperventilación está inducida por el ejercicio, y constituye una reacción adaptativa a acidosis, incluso puede producir supresión de la actividad epileptiforme y podría alejar al cerebro de tener una crisis.

En contraste con esto, la hiperventilación forzada en reposo, tal y como se realiza durante un EEG conduce directamente a una bajada de CO2  (hipocapnia) y un estrechamiento de los vasos o vasoconstricción cerebral.  Estas condiciones metabólicas pueden favorecer el flujo de iones en las neuronas a través de lo que se conocen como gap junctions y poner al cerebro más fácilmente a las puertas de una crisis, lo que resulta muy evidente y fácil en el caso de las crisis de ausencia.


Para saber más:

1.- Soto A y Parra J. Procedimientos de activación en electroencefalografía. En : Gil Nagel A, Parra J, Iriarte J y Kanner A.  Manual de Electroencefalografía. Mc Graw-Hill, Madrid.  2002. Páginas 95-103

2.- Pimentel J et al. (2015). Epilepsy and physical exercise., 25, 87–94. doi:10.1016/j.seizure.2014.09.015


domingo, 12 de abril de 2015

¿Puedo hacer deporte si tengo epilepsia?


La epilepsia se caracteriza por fenómenos episódicos, puntuales en los que ocurren las crisis, por lo que, salvo en esos momentos de incapacidad transitoria, la persona con epilepsia no tiene ningún problema añadido al de sus crisis. Si además consideramos que hasta el 70% de las personas con epilepsias tienen controladas sus crisis, en general se puede llevar una vida sin otras limitaciones, incluyendo la práctica del deporte. Sin embargo, hay que recordar que todas las recomendaciones sobre estos temas deben ser hechas a nivel individual y usadas con sentido común en función del riesgo personalizado de sufrir nuevas crisis.

En términos generales, la comunidad médica ha pasado en las últimas décadas de restringir y limitar el ejercicio físico y las actividades deportivas en personas con epilepsia, quizás por un sentido de sobreprotección exagerado, a promoverlas, tanto por sus efectos cardiovasculares saludables como por sus efectos beneficiosos neuromoduladores que afectan positivamente por ejemplo desde el estado de ánimo hasta incluso, según algunas investigaciones, llegan a favorecer el control de las crisis epilépticas. Es por ello, que salvo casos individuales muy específicos o deportes de alto riesgo como submarinismo, alpinismo o paracaidismo, en los que su práctica está fuertemente desaconsejada por no decir prohibido, el ejercicio físico y el deporte en general, tiene un impacto muy favorable sobre la salud de las personas con epilepsia y debe ser estimulado, especialmente cuando se practican en compañía y en deportes colectivos. Además, el deporte plantea una vertiente social muy positiva que no debemos ignorar. Las actividades deportivas nos ayudan a relacionarnos en ambientes sociales saludables con compañeros de colegio, compañeros de trabajo etc., y es un medio excelente para tejer redes sociales auténticas y sanas, generando vínculos interpersonales de amistad y compañerismo.
 
En cualquier caso, debe preguntar a su médico específicamente sobre su caso y su deporte favorito, que le aconsejará sobre la conveniencia de su práctica y las precauciones que debe tomar.

Para saber más:

Pimentel J et al. (2015). Epilepsy and physical exercise., 25, 87–94. doi:10.1016/j.seizure.2014.09.015



sábado, 4 de abril de 2015

Un nuevo gen aparece relacionado con las epilepsias fotosensibles y el síndrome de Jeavons

La fotosensibilidad es un rasgo genético con expresión dependiente de la edad que aparece en un muchas epilepsias, especialmente en las denominadas genéticas generalizadas según la nueva propuesta de la ILAE. A pesar de que su determinación es relativamente sencilla en el laboratorio de EEG siguiendo ciertos protocolos, su caracterización genética ha permanecido elusiva hasta ahora, mostrándose un rasgo muy heterogéneo y de arquitectura muy compleja.



Dos recientes artículos en revistas muy prestigiosas han asociado un nuevo gen a este rasgo genético. Por una parte, en un artículo de un consorcio multinacional recién publicado en la prestigiosa revista Brain (1) han encontrado asociación entre mutaciones en el gen CHD2 y el síndrome de Jeavons, caracterizado con la presencia de mioclonías palpebrales, ausencias y fotosensibilidad. Se trata de la primera caracterización de la base genética de este síndrome, aún no reconocido oficialmente por la Liga Internacional Contra la Epilepsia (ILAE). Además, usando el modelo animal de fotosensibilidad del pez cebra, han demostrado que la ausencia parcial de este gen se traduce en respuestas anómalas en el sistema nervioso de este pez ante estímulos luminosos, que serían el equivalente de las respuestas fotoparoxísticas en cerebros humanos.

Por otra parte, y casi simultáneamente, otro consorcio multinacional ha publicado en la revista Neurology (2), las características clínicas (o fenotipo) de 10 pacientes afectos con mutaciones de este gen. De sus descripciones, emerge la caracterización de una encefalopatía epiléptica que comienza en el segundo año de vida y se caracteriza por la presencia de fotosensibilidad clínica con fenómeno de autoinducción, crisis mioclónicas, crisis de ausencia y crisis generalizadas tónico-clónicas. El curso de la epilepsia es hacia la refractariedad, si bien en los casos con menor afectación se pueden encontrar períodos de libertad de crisis de hasta más de un año. El fenotipo más severo se asocia a discapacidad intelectual moderada o severa y a la presencia de crisis tónicas.

Como marcadores más específicos se incluye la presencia de crisis auto inducidas por estímulos luminosos como la televisión, a pesar de que, sorprendentemente, la fotosensibilidad puede no llegar a ser demostrada en el laboratorio de EEG . Además los autores han identificado un tipo de crisis inusual que comienza con atonía seguido de una ausencia con componentes mioclónicos, muy bien ilustrado en los videos que incluye el material suplementario del artículo.

Los análisis genéticos masivos, cada vez más asequibles y usados, están consiguiendo definir fenotipos mejor definidos y reconocibles fácilmente por el clínico. En el caso del gen CHD2, se encuentra situado en el cromosoma 15q y aunque el conocimiento que tenemos de él es incompleto, se sabe que codifica una proteína involucrada en la regulación de la transcripción de ADN, determinante en la remodelación de la cromatina, afectando la transcripción de numerosos genes. Además resulta ser un gen especialmente intolerante a variaciones funcionales y, de hecho, las mutaciones en este gen parecen ser especialmente frecuentes, siendo el cuarto gen mutado con más frecuencia en encefalopatías epilépticas tras el SCN1, CDKL5 y STXBP1 (3). Además, al ser un gen que no está involucrado en el funcionamiento de canales iónicos, su estudio puede abrir nuevas perspectivas terapéuticas con nuevas dianas al tratamiento de este tipo de epilepsias reflejas que pueden llegar a ser especialmente rebeldes al tratamiento.

Para saber más:
1.- Galizia, E. C., Myers, C. T., Leu, C., de Kovel, C. G. F., Afrikanova, T., Cordero-Maldonado, M. L., et al. (2015). CHD2 variants are a risk factor for photosensitivity in epilepsy. Brain, 1–10. doi:10.1093/brain/awv052

2.- Thomas, R. H., Zhang, L. M., Carvill, G. L., Archer, J. S., Heavin, S. B., Mandelstam, S. A., et al. (2015). CHD2 myoclonic encephalopathy is frequently associated with self-induced seizures. Neurology, 84(9), 951–958. doi:10.1212/WNL.0000000000001305

3.- Carvill, G. L., Heavin, S. B., Yendle, S. C., McMahon, J. M., O'Roak, B. J., Cook, J., et al. (2013). Targeted resequencing in epileptic encephalopathies identifies de novo mutations in CHD2 and SYNGAP1. Nature Genetics, 45(7), 825–830. doi:10.1038/ng.2646