Un reciente artículo publicado en la revista Seizure
ha introducido un nuevo término de epilepsia refleja, la relacionada con
hacerse un selfie con el teléfono móvil. Su publicación ha tenido cierto
impacto en la prensa popular no especializada.
El artículo presenta el caso único de un
“paciente adolescente” (sin datos adicionales) con epilepsia fotosensible que
tuvo crisis en una fiesta del colegio con luces estroboscópicas y que presentaba
respuestas fotoparoxísticas (descargas epileptiformes visibles en el EEG no
necesariamente relacionadas con la clínica) al hacerse un selfie con un iPhone
5 en la Unidad de Monitorización estando sin medicación. Específicamente
mencionan la realización de un selfie con flash y reducción de aparición
de ojos rojos. Los autores muestran descargas epileptiformes tras el cierre
ocular al manipular el teléfono pero no mencionan que este estímulo provocase
mioclonias. Este/a paciente era fotosensible ya a frecuencias bajas entre 2-14
Hz, con mioclonías provocadas a esta última frecuencia. No se testaron
frecuencias superiores por la incomodidad producida por la estimulación. No
parece que se testase sensibilidad a patrones geométricos. Este hecho
anecdótico lleva a los autores a preguntarse sobre la conveniencia de la
presencia de avisos sobre el potencial peligro de estos teléfonos para personas
con epilepsia fotosensible.
Los datos aportados por los autores son muy
someros y poco detallados. La elección del título, aunque llamativa, es
desafortunada y en sentido estricto francamente incorrecta. Es un error de
concepto confundir crisis reflejas con epilepsia refleja. En este caso, se
trata de un estímulo no descrito previamente que puede provocar crisis
epilépticas en personas con epilepsia fotosensible. No podemos denominar la
epilepsia refleja por el estímulo que puede provocar una crisis. No hay una epilepsia
de las discotecas o de las escaleras mecánicas. Son epilepsias
fotosensibles cuyas crisis se desencadenan por determinados estímulos visuales
que comparten características comunes.
La aparición de
descargas epileptiformes tras el cierre ocular es un fenómeno
bastante frecuente en las personas con epilepsia fotosensible. El flash del teléfono puede haber causado el cierre ocular y haber
contribuido a la descarga por este mecanismo. Los autores no mencionan como era
la estimulación luminosa en distintas condiciones oculares (ojos abiertos,
cerrados...) lo que impide cerciorarse del efecto contributivo de cada condición.
No es novedad que el uso del flash en fotografía tradicional, entendido como
destello único, pueda causar crisis (mioclonías fundamentalmente) en algunos
pacientes con epilepsia fotosensible. Sin embargo, este hecho es poco
frecuente, ya que las frecuencias que más fácilmente pueden provocar esta
reacción están entre 10 y 30 Hz, muy por encima de la que pueden dar los
flashes de destello único. Estas frecuencias son además algo más resistentes a
ser abolidas con el uso de medicación. El uso del flash con efecto de reducción
de ojos rojos funciona mandando breves ráfagas de flashes seguidos a una
frecuencia que podría estar en el rango de frecuencias potencialmente más
peligrosos, aunque sea muy brevemente. Además, hay otras características del flash
usado en teléfonos moviles, como su ciclo de trabajo y su componente espectral
que podrían aumentar sus posibilidades de desencadenar respuestas
epileptiformes detectables en el EEG y eventualmente con clínica acompañante
como mioclonías. Lástima que los autores no hayan analizado en detalle ni las
características del flash ni las de la persona que presentan. En cualquier
caso, son elementos importantes que deben considerar los fabricantes si se
deciden a poner lámparas más potentes en los teléfonos móviles o cambiar las
características de los mismos.
Los
selfies no están desaconsejados en pacientes con epilepsia. Las personas fotosensibles, deben desarrollar una conciencia preventiva de
los estímulos potencialmente peligrosos a los que se está expuesto.
Hay elementos más comunes, más frecuentes y más
potentes en la vida diaria que pueden desencadenar eventualmente crisis en
pacientes fotosensibles. Por tanto, siempre puede haber algún paciente que sea
sensible a este tipo de estímulos, aunque sea infrecuentemente. Por ejemplo,
hay personas extremadamente sensibles a los patrones geométricos que se
encuentran ubicuamente, aunque es un fenómeno muy poco común. Por tanto, en
condiciones habituales la mayoría de los pacientes fotosensibles tampoco
experimentaría problemas con estos destellos del flash. En cualquier caso, el
uso de palos selfies que aumenten la distancia al foco o el aumentar la luz
ambiente reduciendo el contraste lumínico también disminuiría la posibilidad de
tener problemas de este tipo….pero claro, en esas condiciones el flash no
cumpliría bien su función o no sería quizás necesario o efectivo….
Para saber más:
1- Brna, P. M., & Gordon, K. G. (2017).
“Selfie-epilepsy”: A novel photosensitivity. Seizure, 47, 5–8. http://doi.org/10.1016/j.seizure.2017.02.009.
3.-http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/04/02/actualidad/1333392693_964756.htmlhttp://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/04/02/actualidad/1333392693_964756.html