domingo, 30 de octubre de 2016

Siento que mi memoria falla y tengo epilepsia….¿qué me está pasando?




Las quejas cognitivas subjetivas, como la falta de concentración, mala memoria, dificultades en el lenguaje y la inhabilidad de completar tareas son comunes especialmente en personas adultas con epilepsia…. y ¡también sin ella!

La dificultad para abordar estos síntomas cognitivos reside en que pueden deberse a multitud de factores…. ¿Serán cosas de la edad?, ¿será por las crisis que aún no están controladas?, ¿será por mi tipo de epilepsia?, ¿será por toda la medicación que tomo?

Todos estos factores pueden influir de alguna manera y hay que estudiarlos de forma individualizada. Como en otras enfermedades crónicas, un estado de ánimo triste o depresivo o ansioso es relativamente frecuente en pacientes con epilepsia, afectando hasta el 60% de estas personas, ¡incluso cuando las crisis están controladas! La depresión en adultos mayores no se manifiesta de la misma manera que en personas jóvenes, con un estado de ánimo deprimido o triste, fácilmente reconocible. Los síntomas pueden ser más sutiles, como una desgana ante todo y dificultad para disfrutar de las cosas (anhedonia), trastornos del sueño, irritabilidad o enfado y quejas cognitivas y somáticas. Con frecuencia estos síntomas no se identifican como síntomas de depresión. Sin embargo, estas alteraciones en el estado de ánimo afectan negativamente la calidad de vida, y paradójicamente se tienden a minimizar y no reciben la atención necesaria, utilizándose variables más fáciles de medir como la frecuencia de las crisis, su duración y tipo, la adhesión al tratamiento y otros hechos clínicos.

Curiosamente, cuando se aborda el estudio de estas quejas de memoria no se encuentran anomalías objetivas en las pruebas utilizadas para evaluar el funcionamiento de la memoria.

Un reciente estudio realizado en EEUU(1) examinó estas discrepancias entre estas quejas subjetivas y resultados obtenidos experimentalmente.

En el trabajo participaron 37 personas mayores de 55 años con epilepsia y un grupo control de 27 adultos sin epilepsia. Todos completaron una serie de tests neuropsicológicos, que evalúan los diferentes compartimentos de la memoria así como cuestionarios para valorar su estado de ánimo (Inventario de Depresión de Beck). Al mismo tiempo, el paciente y un allegado suyo completaron una escala de dificultades cognitivas, obteniendo así una evaluación subjetiva de cómo funcionaba la memoria del paciente desde su punto de vista y de sus allegados. A continuación se analizaron los resultados.

Los adultos con epilepsia obtuvieron peores resultados en los tests cognitivos que el grupo control. Esto se podría deber a los niveles elevados de medicamentos, la combinación de varios medicamentos, o a ambos factores. Por ello se debe intentar simplificar el régimen de medicamentos lo más posible, y emplear las dosis efectivas más bajas.

El hallazgo más destacable del estudio fue que tanto los adultos con epilepsia como sus informantes mencionaron más quejas cognitivas subjetivas, que no encontraban respaldo objetivo en las pruebas de memoria realizadas. Sin embargo, sí que se correlacionaban con los datos obtenidos en la escala utilizada para medir el estado de ánimo, particularmente con la severidad de los síntomas depresivos. De esta manera queda patente la relación entre las quejas cognitivas subjetivas y el estado de ánimo depresivo.

La depresión es muy frecuente en la población general: el 5% de la población mayor de 65 años sufre de depresión grave, y el 8-16% tiene síntomas importantes. La cifra aumenta hasta el 12-30% en pacientes institucionalizados y al 50% en pacientes en residencias con enfermedades crónicas.

Otro estudio más reciente realizado en Alemania, (2) que incluyó pacientes más jóvenes (alrededor de 35 años) recalca que, más allá del impacto del estado de ánimo depresivo, las quejas subjetivas de memoria pueden ser atribuidas con mayor frecuencia a estados de estrés psicológico en un sentido más amplio y general. El estrés disminuye nuestra capacidad de atención y por añadidura dificulta nuestra capacidad de memoria. Este estudio aporta datos que apoyan que la base de la estimación subjetiva de cómo funciona nuestra memoria no reside únicamente en el estado de funcionamiento de los compartimentos clásicos de la memoria, sino que el despliegue de nuestra capacidad de atención y concentración es crucial para poder favorecer el uso más eficaz de nuestra memoria además de ser muy relevantes a la hora de que el paciente mismo evalúe el funcionamiento subjetivo de su memoria en el día a día. El estudio muestra como las personas con epilepsia tienden a percibir su rendimiento en los dominios no específicos de memoria como marcadores de cómo funciona su memoria en la vida cotidiana, cuando en realidad lo que probablemente refleja es el impacto sobre su capacidad de atención (por ejemplo, con afectación en la velocidad de procesamiento de datos) y la influencia de esta en el funcionamiento global de la memoria.

En cualquier caso, las quejas subjetivas cognitivas merecen ser estudiadas con detalle ya que pueden indicar un mayor deterioro en el futuro, por lo que se deben tomar en serio y ser investigadas. Todos los pacientes con quejas cognitivas subjetivas deberían ser cribados para la depresión, ya que esta enfermedad se puede tratar, mejorando así las quejas cognitivas relacionadas y la calidad de vida.


Para saber más:

1.         Galioto R, Blum AS, Tremont G. Subjective cognitive complaints versus objective neuropsychological performance in older adults with epilepsy. Epilepsy & Behavior. Elsevier Inc; 2015 Oct 1;51(C):48–52.

2.         Grewe P, Nikstat A, Koch O, Koch-Stoecker S, Bien CG. Subjective memory complaints in patients with epilepsy: The role of depression, psychological distress, and attentional functions. Epilepsy Research. Elsevier B.V; 2016 Nov 1;127:78–86.


sábado, 15 de octubre de 2016

¿Es la epilepsia del lóbulo temporal una enfermedad neurodegenerativa?


Una enfermedad neurodegenerativa es aquella que causa una afectación tanto de la estructura neuronal como de su funcionamiento, con un avance implacable y provocando un deterioro cognitivo asociado. En la práctica, las enfermedades neurodegenerativas forman un conjunto de enfermedades con expresiones clínicas y patológicas muy diversas según sea el área del cerebro afectada. Sus bases biológicas comparten características tanto a nivel celular como molecular. En muchos casos el cambio patológico ocurre en el cambio de forma de una determinada proteína que comienza a acumularse en las células del cerebro, alterando su funcionamiento normal. En particular, la ruta que lleva a unas proteínas cerebrales llamadas Tau a acumularse en el sistema nervioso central es común a muchas enfermedades neurodegenerativas, llamadas en conjunto Tauopatías, y cuyo principal representante es la enfermedad de Alzheimer. El acúmulo de esta proteína Tau puede estar relacionada con que en la enfermedad de Alzheimer se aprecie una incidencia de crisis epilépticas hasta 10 veces superior a la población general, y hasta 87 veces mayor en los pacientes con inicio temprano (antes de los 60 años de edad) de la enfermedad.

Este acúmulo de proteína Tau parece contribuir al deterioro cognitivo en epilepsia, al menos en un grupo de epilepsia refractaria del lóbulo temporal de larga evolución, de acuerdo con un estudio reciente publicado en la revista Brain. La epilepsia del lóbulo temporal es la epilepsia focal más frecuente en adultos. A pesar del continuo desarrollo de nuevos tratamientos, casi un tercio de los pacientes no responden a la medicación. Este tipo de epilepsia resistente a los fármacos es un trastorno crónico asociada a un alto riesgo de discapacidades psicosociales, deterioro cognitivo y mortalidad.

Analizando el tejido cerebral de 33 pacientes mayores de 50 años de edad que fueron sometidos a cirugía de epilepsia para extirpar el lóbulo temporal causante de las crisis, Tai y colaboradores encontraron acúmulos de estas proteínas en el tejido de 31 de los 33 pacientes. Los patrones de disposición de estos acúmulos se asemejaban a los observados en la enfermedad de Alzheimer y en la encefalopatía traumática crónica. Además, cuanto más extensa era este acúmulo de proteína Tau, mayor era el deterioro de la función cognitiva en el año antes de la cirugía, y entre 3 meses y 1 año después de la cirugía. Estos autores lanzan la hipótesis de que lesiones sutiles en la cabeza que resultan de las convulsiones generalizadas secundarias podrían contribuir a la liberación de la proteína Tau en determinadas epilepsias del lóbulo temporal, de forma similar a la demencia frontotemporal de origen postraumático.

Sin embargo, el estudio también tiene importantes limitaciones. Su carácter retrospectivo del estudio no permite evaluar parámetros clave, como la frecuencia de las crisis, la evolución de las pruebas psicométricas, el grado de pérdida neuronal y los marcadores de neuroimagen.
  
En cualquier caso, los resultados de este estudio añaden la epilepsia (al menos ciertos tipos de ella) a la creciente lista de trastornos en los que la patología Tau contribuye a la neurodegeneración, y podría conducir a nuevos enfoques para el diagnóstico y el tratamiento del deterioro cognitivo en la epilepsia.


Para saber más:

Bernasconi N. Is epilepsy a curable neurodegenerative disease? Brain. Oxford University Press; 2016 Aug 24;139(9):2336–7.

Tai XY, Koepp M, Duncan JS, Fox N, Thompson P, Baxendale S, et al. Hyperphosphorylated Tau in patients with refractory epilepsy correlates with cognitive decline: a study of temporal lobe resections. Brain. 2016 Aug 24;139(9):2441–55.